Esta clase de cuerpos del Sistema Solar incluye la mayor parte de los asteroides y los objetos transneptunianos (situados más allá de Neptuno), los cometas y los meteoroides.
Los asteroides son pequeños cuerpos rocosos que giran alrededor del Sol, sobre todo entre las órbitas de Marte y Júpiter, en una franja que se conoce como el cinturón de asteroides.
Júpiter posee grupos de asteroides, llamados Troyanos, que giran a su alrededor, atrapados por su fuerza de gravedad.
Se cree que un inmenso asteroide chocó contra la Tierra hace 65 millones de años, produciendo grandes incendios cuyo humo tapó la luz del Sol, lo que provocó la muerte de muchas plantas y de los dinosaurios que se alimentaban de ellas.
Los cometas son bolas de hielo y polvo, que parecen tener una larga cola. Es precisamente la nube de polvo la que produce este efecto, cuando el cometa está próximo al Sol. Sus trayectorias son mucho más abiertas que las de los planetas, por lo que pasan poco tiempo cerca del Sol.
Los meteoroides son cuerpos sólidos que giran alrededor del Sol. Cuando la trayectoria de algún meteoroide coincide con la de la Tierra y entra en nuestra atmósfera, el meteoroide se quema, produciendo lo que conocemos como meteoro o estrella fugaz. Algunos de ellos se desintegran en trozos más pequeños que caen a la Tierra: se les llama meteoritos.
El tamaño de la mayoría de los meteoroides es el de un grano de polvo, pero los hay mayores, sin ningún límite definido; los más grandes pueden tener una masa de varios cientos de toneladas.

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